lunes, 31 de octubre de 2011

La montaña pone a cada uno en su sitio


El pasado domingo, cuarenta senderistas anduvimos del Portús a Cala Estrella desde donde ascendimos al Roldán. La mañana comenzó con un chaparrón. Afortunadamente salió el sol y la excursión discurrió como previmos, excepto que la mar nos impidió acceder a la Cueva del Gigante. 

Destacar a cinco “chicas guerreras” dispuestas a subir el nivel medio del Club. 
Mª Carmen, Olaya, Ana, Esperanza y Bea se pusieron en los puestos de cabeza y por más que apretaba el paso en la ascensión al Roldán, no hubo forma de despegarme de ellas. 

En silencio, sin jadeos, tan campantes mantuvieron el ritmo que imponía, y hasta se permitían el lujo de mantener alguna pequeña charla. Casi llegando al Roldan, hubo un momento en que asfixiado tuve que parar porque con dos pulmones no ventilaba lo suficiente. Habría necesitado un tercero. Como mi ego no me permitió decirles, “vale me rindo, habéis ganado vosotras”, recurrí al socorrido recurso de girarme cámara en mano y hacer fotografías, la mayoría de las cuales me salieron borrosas dado el tembleque provocado por el cansancio.

Así que si veis un grupo de chicas que salen muy a menudo en las fotos, no creáis que es porque son chicas, que también lo es, sino básicamente porque cada vez que me giraba a echar una foto, ahí estaban ellas dando una lección de humildad al machito súper competitivo que anida en mi.

La fisio que cuida mi rodilla me dijo que le diera descanso. Así que hasta el día 19 de noviembre que ascendamos los siete cabezos de Calblanque, le voy a hacer caso... Cuando esté recuperado, ya organizaremos algo grande. La montaña  pone a cada uno en su sitio dando lecciones de realismo y humildad.

1 comentario:

  1. jajaja que bueno, añadir que después de la ruta las "niñas" se fueron caminando desde Tentegorra hasta el faro de navidad, donde quedamos algunos para tomarnos otra ronda de merecidas cervecezas. Saludos de Fran.

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