sábado, 23 de julio de 2011

Cosas que hacen que la vida valga la pena. Los Amigos

Anoche descubrí una de las cosas que más molan en este mundo: Que te inviten a una fiesta a ciegas. Tú piensas que vas a tomar unas tapas con unos cuantos amigos y te encuentras de sopetón a medio club y parte del otro cantando y aplaudiéndote sin saber por qué. El subidón es tal, que no sabes qué  hacer o decir.

Una vez superado el momento ¡tierra trágame!.  Con cara de circunstancia, entre alucinado y sorprendido de ver tantos amigos,  piensas: ¡No puede ser! Esto no puede estar pasándome a mí, y  terminas como Mourinho preguntándote, ¿por qué?

Pasados estos segundos, intentas buscar refugio en la trinchera de tu asiento, pero camino de ella empiezas a ver gente que ni te podías imaginar, como mis hijos y  los compañeros más veteranos del club. Te lías a saludar uno a uno, y entonces caes en la cuenta del mutuo aprecio que existe, el cariño que hay detrás de tantas horas de marcha compartida.

Ya sentado, no me entraba ni la hoja de lechuga, de cómo tenía el estómago de estresado. Hablando con Blas, fue pasando la tensión inicial y comenzó el disfrute de una velada inolvidable por la autenticidad de las expresiones de afecto que recibía con quien hablara. ¡Jo! me sentía diez centímetros más alto, más guapo y delgado.

Tras la cena llegaron los discursos, el vídeo sinóptico con las últimas andanzas en el Club y las despedidas hasta septiembre. A día de hoy, la cara de flipado aún no se me ha ido. Ya no sólo por el reconocimiento –que no homenaje, como muy bien matizó Aniceto-, sino también por el buen rollo que se respiraba y la cantidad de gente guapa, moderna y con ganas de pasarlo bien, que allí nos  juntamos.
¿Qué he hecho yo para merecer esto?, terminé preguntándome.
La respuesta está en el viento. A veces la pasión ciega al entendimiento. A veces es más bello ver y mirar con el corazón que con los ojos o la razón. Así me lo tomo. No me lo merezco, pero bienvenido sea.

Gracias amigos, gracias de corazón. 

Acabáis de darme un motivo más a la lista de cosas que hacen que la vida valga la pena: Vosotros.
 


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